“Al trascender mi José Ángel, caí en una depresión que pensé que no iba a salir de ese hueco tan profundo; indagando en las redes sociales encontré a Maru @lamaletadearturo, empecé a leer cada uno de sus post, hice la encuesta y me di cuenta que no era la única que pasaba por esto. Le escribí y desde ese momento se convirtió en cómo le digo hoy en día mi ángel terrenal; me sentí acompañada. Al transcurrir los meses nos conocimos en persona acompañándola a lo que sería una sesión educativa para el personal de salud, algo que es muy significativo ya que pertenezco al gremio. Creía que lo que un día ella me dijo de volver a sonreír sería imposible; en este instante a pesar de las subidas y bajadas que conlleva este duelo, puedo decir sí se puede. Siento gratitud infinita con la Maleta, ya que, sin su compañía, amor y respeto esta sonrisa en mi rostro, la paz que siento no sería posible. El dolor se transformó en amor, ese amor puro que solo se le puede dar a un hijo.”